on fire
viernes, 4 de enero de 2008
Hay momentos en la vida en los que de repente estas haciendo algo y no sabes por qué lo haces. Intentas pararte a reflexionar sobre lo que haces pero sin parar de hacerlo. Hay algo dentro de ti que te empuja a continuar. No sabes explicar el por qué, el cómo, el donde o el cuando, todo sucede según un patrón preestablecido imposible de modificar. Es como si todo lo que hicieras estuviera ya escrito y no pudieras borrarlo. Hasta que llega un momento en el que todo para. Parece un punto de inflexión en todo lo extraño que te estaba pasando ha parado, pero te equivocas, es el ojo del huracán, la calma que precede a la tempestad. A partir de ese momento pasa algo inesperado, muchas veces extraño, pero siempre sorprendente. Entonces te planteas que todas las acciones que has hecho y todas tus decisiones inexplicables que has tomado te han conducido hasta ese momento de una forma que nunca habrías podido planificar ni imaginar. Ese momento no solo lo recordarás durante mucho tiempo, también te cambiará.
Lo más curioso de todo es que a veces no eres tu sólo el que pasa por esa situación. Sois varios lo que hacéis cosas que no entendéis, los que tomáis decisiones inexplicables y los que acabáis en ese momento que no olvidarás.
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