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Lecciones para la vida por Albert Einstein

lunes, 7 de enero de 2008

  1. Alguien que nunca ha cometido errores nunca trató de hacer algo nuevo.
  2. La educación es lo que sobra después que a uno se le olvida lo que aprendió en la escuela.
  3. Soy lo suficiente artista como para dibujar de mi imaginación. La imaginación es mas importante que el conocimiento. El conocimiento es limitado. La imaginación envuelve al mundo.
  4. El secreto de la creatividad es saber esconder tus fuentes.
  5. El valor de un hombre debe medirse por lo que da y no por lo que recibe. No trates de convertirte en un hombre de éxito sino en un hombre de valores.
  6. Existen dos maneras de vivir: Puedes vivir como si nada es un milagro, o puedes vivir como si todo es un milagro.
  7. Cuando me examino a mí mismo y mis métodos de pensar, llego a la conclusión que el don de la fantasía ha significado mas para mí que cualquier otro talento para pensar positivo y abstractamente.
  8. Para ser un miembro inmaculado de un rebaño de ovejas, uno debe, sobre todas las cosas, primero ser una oveja.
  9. Debes aprender las reglas del juego. Y después debes jugar mejor que todo el mundo.
  10. Lo importante de todo es nunca dejar de hacerte preguntas. La curiosidad tiene su propia razón de existir.
Vía: Eliax
Fuente:The Best Article Every day

Que cada uno vea en las palabras de Einstein lo que quiera ver. Yo me quedo con que para cumplir nuestros objetivos hay que empezar desde lo más básico y a partir de ahí dar lo mejor de nosotros mismos, sin olvidarnos siempre que para progresar hay que ser creativos, prestar atención a lo que nos rodea y preguntarnos por qué son las cosas como son.

Celtas Cortos - La senda del tiempo

martes, 28 de agosto de 2007

Jiro

viernes, 10 de agosto de 2007

Era de noche, una noche muy distinta a todas las demás. La luna llena brillaba en todo su esplendor pero las densas nubes impedían que ningún mortal pudiera contemplarla. Gracias ello pude salvar mi vida. Nuestro ataque a media noche pretendía acabar con todos, pero nos estaban esperando. La batalla fue una masacre y solo algunos logramos escapar con las pocas fuerzas que nos quedaban.

Mientras caminaba por el bosque las horas pasaban como si fueran días, apenas podía mantener la llama con la que iluminaba el camino. El silencio y la oscuridad se apoderaban de mi a cada paso que daba. Parecía que los animales tenían miedo y habían decidido esconderse hasta que llegará el día.

De repente una brisa de viento permitió a la luna aparecer entre aquellas densas nubes. Cuando quise darme cuenta ya era tarde, allí estaba él. Apareció de entre las sombras, era como si se hubiera sincronizado con la Luna. Enseguida supe de quién se trataba. Nunca antes le había visto, ni conocía a nadie que lo hubiera hecho, ni siquiera me creía que existiera. Era como si fuese una historia que había sido inventada para aterrorizar a los más cobardes y asustar a los niños. Desgraciadamente para mi era real. Su túnica azul y oscura como la noche, su cabeza afeitada, su pose en guardia esperando la lucha y, sobre todo, su katana manchada con ríos de sangre le hacían único e inconfundible. Cualquier otro ser humano al verme en el bosque hubiera pedido clemencia por su vida, pero en este caso era yo quién tenía que hacerlo.

Existían miles de leyendas que hablaban de él. Las más antiguas decían que era un hombre tranquilo, amable, pacífico con un trabajo honrado, era un hombre como cualquier otro y que como mortal siempre se había preguntado sobre el significado de la vida. Un día decidió retirase al Tibet y convertirse en monje. Pensaba que allí encontraría la respuesta. Fue en el templo de la montaña más alta, donde solo los más fuertes y valientes habían podido llegar, el lugar que escogió para su retiro. Sus hermanos le enseñaron a dominar su mente, su cuerpo y el arte de la espada. Tal fue su dominio de la espada que fueron muchos maestros los que fueron a buscarle al templo para enfrentarse a él. La leyenda del gran maestro de la espada había comenzado. Al principio solo aparecían en el templo para aprender del maestro, pero poco a poco aparecieron los más osados que quería demostrar que eran mejores, y lo único que consiguieron fue la muerte y extender su leyenda. Entonces, tal y como había llegado al templo se fue y desapareció. Algunos piensan que fue expulsado por sus hermanos cansados de tanta muerte sin sentido, otros creen que simplemente se canso de luchar contra rivales tan débiles. Con el tiempo, se convirtió en una historia de charlatanes que viajan de pueblo en pueblo y su verdadera existencia se puso en duda.

Cuando aparecimos nosotros, los humanos nos temían y, durante un tiempo, nos creímos capaces de dominar el mundo. Eramos infalibles en cuando atacábamos, ningún pueblo sobrevivía y nunca habían logrado herir a uno de los nuestros. Hasta que un día en el poblado como otro cualquiera en medio de la montaña, un sólo hombre logró aniquilar a 13 de los nuestros con su espada. Ese fue el comienzo en el que los hombres dejarían de temernos. La historia se repitió una y otra vez, y siempre era un único hombre el que lograba acabar con los nuestros. No sabíamos quien era ese hombre ni si existía de verdad, pero cada vez más de los nuestros morían y más historias aparecían del gran maestro de la espada. Todas contaban lo mismo, el gran maestro de la espada cansado de luchar contra humanos había vuelto de su escondite para luchar contra rivales más dignos y aniquilarnos a todos nosotros. Para muchos el asesino del templo del Tibet se había convertido en un héroe, para otros solo había encontrado otros seres que matar.

Seguramente fue él quien advirtió de nuestro ataque y ahora nos estaba buscando por el bosque para acabar, uno por uno, con todos los que habíamos logrado huir. Pero no podía estar más equivocada. Apenas me miro durante un segundo, envainó su espada, se giro y continuó su camino. No entendía nada, pero no podía quedarme sin saber cuál era su nombre. Se lo pregunte antes de que pudiera perderle de vista, él se giro, me miró y con una tenue voz de alguien que se encontraba perdido me dijo: "mi nombre es Jiro". En ese momento, su voz y sus breves palabras me hicieron comprender que no era él el quién había escogido matar. Para Jiro no existía el bien o el mal, solo vagaba por el mundo intentando buscar respuestas que nunca encontraría, luchando por sobrevivir y defendiendo aquello que le parecía injusto. Para algunos era un héroe, para otros un asesino. Cuando quise volver a hablar con él, ya había desaparecido.

Jiro nunca se dará cuenta que el significado de su vida es equilibrar la balanza entre el bien y el mal. Siempre seguirá vagando y buscando aquello que tanto ansia. Tal vez algún día nuestros destinos vuelvan a cruzarse, y entonces pueda darle una respuesta. Después, me veré obligada a matarle.


Bueno, y esta historia a que viene, pues no podía evitar crear un superhéroe sin ponerle una historia. Así de paso me introduzco en el mundo de los relatos, del que puede que salga pronto. Lo mío no es escribir, prefiero los números, así que no seas muy duros conmigo.

Tenéis la aplicación para hacer vuestro propio superheroe en UnderGround Online.

Visto en HacheMuda

Discurso de Steve Jobs

domingo, 15 de julio de 2007

Discurso de Steve Jobs en la Universidad de Stanford durante la apertura del curso del 2005.


Si queréis más, tenéis el video sin subtítulos y el texto del discurso (en inglés).

Es posible que Steve sea una persona muy afortunada por haber conseguido crear tres empresas como Apple, Pixar Animation Studios y NeXT, algo que no parece nada sencillo. Pero su éxito no es solo cosa de suerte, es su forma de ser y su mentalidad lo que le ha llevado tan lejos. Algunas de sus frases en el discurso, por no decir todas, no tienen desperdicio:
A veces, la vida te da en la cabeza con un ladrillo. No perdáis la fe.

Si vives cada día como si fuera el último, algún día tendrás razón.

Recordar que vas a morir es la mejor forma que conozco de evitar la trampa de pensar que tienes algo que perder.

Tienes que confiar en algo, tu instinto, el destino, la vida, el karma, lo que sea. Porque creer que los puntos se unirán te darán la confianza de confiar en tu corazón.

Pero también hay que reconocer que es un hombre de negocios y sabe hacer las cosas bien (leido en microsiervos):
No tiene sentido contratar a personas inteligentes y después decirles lo que tienen que hacer. Nosotros contratamos a personas inteligentes para que nos digan qué tenemos que hacer.



Sigue hambriento. Sigue alocado.


Gracias a Emilio por el vídeo